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Cómo Google logró revertir el "Código Rojo" que terminó en el Escritorio de Sam Altman

30 de noviembre de 2022.

Una pequeña startup respaldada por Microsoft lanza, casi sin fanfarria, un chatbot experimental llamado ChatGPT.

Lo que sigue es un fenómeno sin precedentes: 1 millón de usuarios en 5 días y 100 millones en solo dos meses. Se convierte en la aplicación de consumo de más rápido crecimiento en la historia de internet.

Mientras el mundo celebraba la magia de la IA generativa, en las oficinas de Mountain View, California, se desataba el pánico. Google, la empresa que había inventado la arquitectura "Transformer" que hacía posible a ChatGPT, había sido adelantada por una startup.

La ironía era brutal.

El CEO Sundar Pichai declaró un "Code Red" interno, una emergencia corporativa. Los fundadores Larry Page y Sergey Brin, retirados de la operación diaria desde 2019, fueron llamados de vuelta para reuniones de emergencia con los ejecutivos.

El mensaje era claro: la supervivencia de Google Search, el motor del 80% de los ingresos de la compañía, estaba en juego.

Esta es la historia de cómo una empresa de más de 180,000 empleados logró pivotar, recuperar el liderazgo y, tres años después, hacer que su competidor declare su propio "Code Red".

Y todo empezó con una pregunta: ¿Qué OKRs debemos definir para ganar?

Capítulo 1: El Gigante Dormido (2022)

Google no era un novato en inteligencia artificial. Todo lo contrario. DeepMind, su subsidiaria, era el laboratorio de IA más prestigioso del mundo. Habían creado AlphaGo, AlphaFold y, crucialmente, la arquitectura Transformer en 2017, el mismo paper que OpenAI usó para construir GPT.

Entonces, ¿por qué no lanzaron ellos el chatbot primero?

La respuesta es un clásico dilema corporativo: el miedo a dañar la marca. Un ejecutivo de Google lo resumió así: "Para una startup desconocida, los riesgos de lanzar un producto imperfecto son bajos. Para Google, un error podía costar miles de millones". La cautela, que durante años los había protegido, ahora los paralizaba.

OpenAI, sin esa carga, simplemente lanzó. Y ganó la narrativa.

Capítulo 2: La Respuesta Apresurada y el Tropiezo de Bard (Feb 2023)

Bajo la presión del "Code Red", Google aceleró el lanzamiento de su propio chatbot: Bard. El 6 de febrero de 2023, un día antes del evento donde Microsoft integraría ChatGPT en Bing, Pichai anunció Bard al mundo.

Fue un desastre.

En el video promocional, Bard cometió un error factual sobre el telescopio James Webb. Los mercados reaccionaron de inmediato: Alphabet perdió $100 mil millones en valor de mercado en un solo día. Internamente, un empleado había advertido en un memo filtrado: "Bard es peor que inútil: por favor no lo lancen". Otro lo llamó "un mentiroso patológico".

El tropiezo de Bard demostró algo fundamental: la velocidad sin calidad no es estrategia, es pánico. Google necesitaba un plan, no solo un producto.

Capítulo 3: El Pivote Estratégico – Los OKRs que Cambiaron el Juego

Es aquí donde, basándonos en la cultura de OKRs de Google (la empresa que los popularizó gracias a John Doerr), podemos reconstruir la lógica de su respuesta estratégica.

Tras el fracaso de Bard, el liderazgo de Google probablemente se reunió para definir un conjunto de OKRs que guiarían la recuperación. Aunque los OKRs internos de Google no son públicos, la secuencia de sus acciones en los siguientes 18 meses revela una estrategia clara y focalizada.

OKR Corporativo (Hipotético) - 2023:

Objetivo: Recuperar el liderazgo en IA generativa para proteger y potenciar nuestro ecosistema de productos.

KR 1: Unificar nuestros equipos de investigación de IA (Brain + DeepMind) para acelerar el desarrollo de modelos.

KR 2: Lanzar un modelo que supere a GPT-4 en benchmarks clave antes de fin de año.

KR 3: Integrar la IA generativa en al menos 3 productos core (Search, Workspace, Android).

Capítulo 4: La Ejecución – De Bard a Gemini

Con el foco claro, Google ejecutó con precisión quirúrgica:

Abril 2023 – Unificación de Equipos (KR 1):
Pichai fusionó Google Brain y DeepMind en una sola unidad: Google DeepMind. La fragmentación interna había terminado. Todos los recursos de IA ahora remaban en la misma dirección.

Diciembre 2023 – Lanzamiento de Gemini (KR 2):
Google presentó Gemini, su modelo de lenguaje de nueva generación, afirmando que superaba a GPT-4 en múltiples benchmarks. Bard, el nombre manchado, fue relegado. En febrero de 2024, Bard fue oficialmente rebautizado como Gemini. El pasado quedaba enterrado.

Mayo 2024 – Integración en Productos (KR 3):
En Google I/O 2024, la compañía anunció la integración masiva de Gemini en todo su ecosistema: AI Overviews en Search (llegando a mil millones de personas), Gemini en Gmail, Docs, Drive, y una nueva app de Gemini para Android.

La estrategia estaba funcionando. Pero faltaba un paso más.

Capítulo 5: El Golpe Final – Gemini 2.5 Pro y la Inversión de Roles (2025)

A lo largo de 2025, Google continuó iterando. Lanzó Gemini 2.0 en diciembre de 2024, introduciendo capacidades "agénticas" (agentes de IA que pueden actuar, no solo responder). Y luego, en 2025, llegó Gemini 2.5 Pro.

Los resultados fueron contundentes. En LMArena, el benchmark donde los usuarios califican a ciegas las respuestas de los modelos, Gemini 2.5 Pro alcanzó el puesto #1, superando a GPT-4.5 de OpenAI en áreas como codificación, matemáticas, escritura creativa y razonamiento complejo.

Y entonces, la historia dio un giro poético.

2 de diciembre de 2025. Se filtra un memo interno de Sam Altman, CEO de OpenAI. El título del memo: "Code Red". Altman ordena a sus equipos pausar proyectos de publicidad y otras iniciativas para enfocarse exclusivamente en mejorar ChatGPT. "Estamos en un momento crítico para ChatGPT", escribe.

Exactamente tres años después, los roles se habían invertido por completo. El cazador se había convertido en la presa.

La Lección: La Estrategia sin OKRs es solo un Deseo

La historia de Google vs. OpenAI no es solo una anécdota de Silicon Valley. Es una masterclass de gestión estratégica.

  1. El "Code Red" inicial de Google (Dic 2022) fue solo el diagnóstico. Sin un plan de ejecución claro, el pánico llevó al fracaso de Bard.

  2. Los OKRs proporcionaron el GPS. Unificar equipos (KR 1), construir un modelo superior (KR 2) e integrarlo en productos (KR 3) fueron los hitos que guiaron a 180,000 personas hacia un objetivo común.

  3. La ejecución consistente ganó la carrera. No fue un solo lanzamiento brillante. Fue una secuencia de movimientos: la fusión de DeepMind, el lanzamiento de Gemini, el rebranding, la integración en Search… cada uno construyendo sobre el anterior.

Google demostró que incluso un gigante "lento" puede pivotar y recuperar el liderazgo si tiene la disciplina de traducir su visión en objetivos claros, medibles y ejecutables.

30 de noviembre de 2022.

Una pequeña startup respaldada por Microsoft lanza, casi sin fanfarria, un chatbot experimental llamado ChatGPT.

Lo que sigue es un fenómeno sin precedentes: 1 millón de usuarios en 5 días y 100 millones en solo dos meses. Se convierte en la aplicación de consumo de más rápido crecimiento en la historia de internet.

Mientras el mundo celebraba la magia de la IA generativa, en las oficinas de Mountain View, California, se desataba el pánico. Google, la empresa que había inventado la arquitectura "Transformer" que hacía posible a ChatGPT, había sido adelantada por una startup.

La ironía era brutal.

El CEO Sundar Pichai declaró un "Code Red" interno, una emergencia corporativa. Los fundadores Larry Page y Sergey Brin, retirados de la operación diaria desde 2019, fueron llamados de vuelta para reuniones de emergencia con los ejecutivos.

El mensaje era claro: la supervivencia de Google Search, el motor del 80% de los ingresos de la compañía, estaba en juego.

Esta es la historia de cómo una empresa de más de 180,000 empleados logró pivotar, recuperar el liderazgo y, tres años después, hacer que su competidor declare su propio "Code Red".

Y todo empezó con una pregunta: ¿Qué OKRs debemos definir para ganar?

Capítulo 1: El Gigante Dormido (2022)

Google no era un novato en inteligencia artificial. Todo lo contrario. DeepMind, su subsidiaria, era el laboratorio de IA más prestigioso del mundo. Habían creado AlphaGo, AlphaFold y, crucialmente, la arquitectura Transformer en 2017, el mismo paper que OpenAI usó para construir GPT.

Entonces, ¿por qué no lanzaron ellos el chatbot primero?

La respuesta es un clásico dilema corporativo: el miedo a dañar la marca. Un ejecutivo de Google lo resumió así: "Para una startup desconocida, los riesgos de lanzar un producto imperfecto son bajos. Para Google, un error podía costar miles de millones". La cautela, que durante años los había protegido, ahora los paralizaba.

OpenAI, sin esa carga, simplemente lanzó. Y ganó la narrativa.

Capítulo 2: La Respuesta Apresurada y el Tropiezo de Bard (Feb 2023)

Bajo la presión del "Code Red", Google aceleró el lanzamiento de su propio chatbot: Bard. El 6 de febrero de 2023, un día antes del evento donde Microsoft integraría ChatGPT en Bing, Pichai anunció Bard al mundo.

Fue un desastre.

En el video promocional, Bard cometió un error factual sobre el telescopio James Webb. Los mercados reaccionaron de inmediato: Alphabet perdió $100 mil millones en valor de mercado en un solo día. Internamente, un empleado había advertido en un memo filtrado: "Bard es peor que inútil: por favor no lo lancen". Otro lo llamó "un mentiroso patológico".

El tropiezo de Bard demostró algo fundamental: la velocidad sin calidad no es estrategia, es pánico. Google necesitaba un plan, no solo un producto.

Capítulo 3: El Pivote Estratégico – Los OKRs que Cambiaron el Juego

Es aquí donde, basándonos en la cultura de OKRs de Google (la empresa que los popularizó gracias a John Doerr), podemos reconstruir la lógica de su respuesta estratégica.

Tras el fracaso de Bard, el liderazgo de Google probablemente se reunió para definir un conjunto de OKRs que guiarían la recuperación. Aunque los OKRs internos de Google no son públicos, la secuencia de sus acciones en los siguientes 18 meses revela una estrategia clara y focalizada.

OKR Corporativo (Hipotético) - 2023:

Objetivo: Recuperar el liderazgo en IA generativa para proteger y potenciar nuestro ecosistema de productos.

KR 1: Unificar nuestros equipos de investigación de IA (Brain + DeepMind) para acelerar el desarrollo de modelos.

KR 2: Lanzar un modelo que supere a GPT-4 en benchmarks clave antes de fin de año.

KR 3: Integrar la IA generativa en al menos 3 productos core (Search, Workspace, Android).

Capítulo 4: La Ejecución – De Bard a Gemini

Con el foco claro, Google ejecutó con precisión quirúrgica:

Abril 2023 – Unificación de Equipos (KR 1):
Pichai fusionó Google Brain y DeepMind en una sola unidad: Google DeepMind. La fragmentación interna había terminado. Todos los recursos de IA ahora remaban en la misma dirección.

Diciembre 2023 – Lanzamiento de Gemini (KR 2):
Google presentó Gemini, su modelo de lenguaje de nueva generación, afirmando que superaba a GPT-4 en múltiples benchmarks. Bard, el nombre manchado, fue relegado. En febrero de 2024, Bard fue oficialmente rebautizado como Gemini. El pasado quedaba enterrado.

Mayo 2024 – Integración en Productos (KR 3):
En Google I/O 2024, la compañía anunció la integración masiva de Gemini en todo su ecosistema: AI Overviews en Search (llegando a mil millones de personas), Gemini en Gmail, Docs, Drive, y una nueva app de Gemini para Android.

La estrategia estaba funcionando. Pero faltaba un paso más.

Capítulo 5: El Golpe Final – Gemini 2.5 Pro y la Inversión de Roles (2025)

A lo largo de 2025, Google continuó iterando. Lanzó Gemini 2.0 en diciembre de 2024, introduciendo capacidades "agénticas" (agentes de IA que pueden actuar, no solo responder). Y luego, en 2025, llegó Gemini 2.5 Pro.

Los resultados fueron contundentes. En LMArena, el benchmark donde los usuarios califican a ciegas las respuestas de los modelos, Gemini 2.5 Pro alcanzó el puesto #1, superando a GPT-4.5 de OpenAI en áreas como codificación, matemáticas, escritura creativa y razonamiento complejo.

Y entonces, la historia dio un giro poético.

2 de diciembre de 2025. Se filtra un memo interno de Sam Altman, CEO de OpenAI. El título del memo: "Code Red". Altman ordena a sus equipos pausar proyectos de publicidad y otras iniciativas para enfocarse exclusivamente en mejorar ChatGPT. "Estamos en un momento crítico para ChatGPT", escribe.

Exactamente tres años después, los roles se habían invertido por completo. El cazador se había convertido en la presa.

La Lección: La Estrategia sin OKRs es solo un Deseo

La historia de Google vs. OpenAI no es solo una anécdota de Silicon Valley. Es una masterclass de gestión estratégica.

  1. El "Code Red" inicial de Google (Dic 2022) fue solo el diagnóstico. Sin un plan de ejecución claro, el pánico llevó al fracaso de Bard.

  2. Los OKRs proporcionaron el GPS. Unificar equipos (KR 1), construir un modelo superior (KR 2) e integrarlo en productos (KR 3) fueron los hitos que guiaron a 180,000 personas hacia un objetivo común.

  3. La ejecución consistente ganó la carrera. No fue un solo lanzamiento brillante. Fue una secuencia de movimientos: la fusión de DeepMind, el lanzamiento de Gemini, el rebranding, la integración en Search… cada uno construyendo sobre el anterior.

Google demostró que incluso un gigante "lento" puede pivotar y recuperar el liderazgo si tiene la disciplina de traducir su visión en objetivos claros, medibles y ejecutables.

30 de noviembre de 2022.

Una pequeña startup respaldada por Microsoft lanza, casi sin fanfarria, un chatbot experimental llamado ChatGPT.

Lo que sigue es un fenómeno sin precedentes: 1 millón de usuarios en 5 días y 100 millones en solo dos meses. Se convierte en la aplicación de consumo de más rápido crecimiento en la historia de internet.

Mientras el mundo celebraba la magia de la IA generativa, en las oficinas de Mountain View, California, se desataba el pánico. Google, la empresa que había inventado la arquitectura "Transformer" que hacía posible a ChatGPT, había sido adelantada por una startup.

La ironía era brutal.

El CEO Sundar Pichai declaró un "Code Red" interno, una emergencia corporativa. Los fundadores Larry Page y Sergey Brin, retirados de la operación diaria desde 2019, fueron llamados de vuelta para reuniones de emergencia con los ejecutivos.

El mensaje era claro: la supervivencia de Google Search, el motor del 80% de los ingresos de la compañía, estaba en juego.

Esta es la historia de cómo una empresa de más de 180,000 empleados logró pivotar, recuperar el liderazgo y, tres años después, hacer que su competidor declare su propio "Code Red".

Y todo empezó con una pregunta: ¿Qué OKRs debemos definir para ganar?

Capítulo 1: El Gigante Dormido (2022)

Google no era un novato en inteligencia artificial. Todo lo contrario. DeepMind, su subsidiaria, era el laboratorio de IA más prestigioso del mundo. Habían creado AlphaGo, AlphaFold y, crucialmente, la arquitectura Transformer en 2017, el mismo paper que OpenAI usó para construir GPT.

Entonces, ¿por qué no lanzaron ellos el chatbot primero?

La respuesta es un clásico dilema corporativo: el miedo a dañar la marca. Un ejecutivo de Google lo resumió así: "Para una startup desconocida, los riesgos de lanzar un producto imperfecto son bajos. Para Google, un error podía costar miles de millones". La cautela, que durante años los había protegido, ahora los paralizaba.

OpenAI, sin esa carga, simplemente lanzó. Y ganó la narrativa.

Capítulo 2: La Respuesta Apresurada y el Tropiezo de Bard (Feb 2023)

Bajo la presión del "Code Red", Google aceleró el lanzamiento de su propio chatbot: Bard. El 6 de febrero de 2023, un día antes del evento donde Microsoft integraría ChatGPT en Bing, Pichai anunció Bard al mundo.

Fue un desastre.

En el video promocional, Bard cometió un error factual sobre el telescopio James Webb. Los mercados reaccionaron de inmediato: Alphabet perdió $100 mil millones en valor de mercado en un solo día. Internamente, un empleado había advertido en un memo filtrado: "Bard es peor que inútil: por favor no lo lancen". Otro lo llamó "un mentiroso patológico".

El tropiezo de Bard demostró algo fundamental: la velocidad sin calidad no es estrategia, es pánico. Google necesitaba un plan, no solo un producto.

Capítulo 3: El Pivote Estratégico – Los OKRs que Cambiaron el Juego

Es aquí donde, basándonos en la cultura de OKRs de Google (la empresa que los popularizó gracias a John Doerr), podemos reconstruir la lógica de su respuesta estratégica.

Tras el fracaso de Bard, el liderazgo de Google probablemente se reunió para definir un conjunto de OKRs que guiarían la recuperación. Aunque los OKRs internos de Google no son públicos, la secuencia de sus acciones en los siguientes 18 meses revela una estrategia clara y focalizada.

OKR Corporativo (Hipotético) - 2023:

Objetivo: Recuperar el liderazgo en IA generativa para proteger y potenciar nuestro ecosistema de productos.

KR 1: Unificar nuestros equipos de investigación de IA (Brain + DeepMind) para acelerar el desarrollo de modelos.

KR 2: Lanzar un modelo que supere a GPT-4 en benchmarks clave antes de fin de año.

KR 3: Integrar la IA generativa en al menos 3 productos core (Search, Workspace, Android).

Capítulo 4: La Ejecución – De Bard a Gemini

Con el foco claro, Google ejecutó con precisión quirúrgica:

Abril 2023 – Unificación de Equipos (KR 1):
Pichai fusionó Google Brain y DeepMind en una sola unidad: Google DeepMind. La fragmentación interna había terminado. Todos los recursos de IA ahora remaban en la misma dirección.

Diciembre 2023 – Lanzamiento de Gemini (KR 2):
Google presentó Gemini, su modelo de lenguaje de nueva generación, afirmando que superaba a GPT-4 en múltiples benchmarks. Bard, el nombre manchado, fue relegado. En febrero de 2024, Bard fue oficialmente rebautizado como Gemini. El pasado quedaba enterrado.

Mayo 2024 – Integración en Productos (KR 3):
En Google I/O 2024, la compañía anunció la integración masiva de Gemini en todo su ecosistema: AI Overviews en Search (llegando a mil millones de personas), Gemini en Gmail, Docs, Drive, y una nueva app de Gemini para Android.

La estrategia estaba funcionando. Pero faltaba un paso más.

Capítulo 5: El Golpe Final – Gemini 2.5 Pro y la Inversión de Roles (2025)

A lo largo de 2025, Google continuó iterando. Lanzó Gemini 2.0 en diciembre de 2024, introduciendo capacidades "agénticas" (agentes de IA que pueden actuar, no solo responder). Y luego, en 2025, llegó Gemini 2.5 Pro.

Los resultados fueron contundentes. En LMArena, el benchmark donde los usuarios califican a ciegas las respuestas de los modelos, Gemini 2.5 Pro alcanzó el puesto #1, superando a GPT-4.5 de OpenAI en áreas como codificación, matemáticas, escritura creativa y razonamiento complejo.

Y entonces, la historia dio un giro poético.

2 de diciembre de 2025. Se filtra un memo interno de Sam Altman, CEO de OpenAI. El título del memo: "Code Red". Altman ordena a sus equipos pausar proyectos de publicidad y otras iniciativas para enfocarse exclusivamente en mejorar ChatGPT. "Estamos en un momento crítico para ChatGPT", escribe.

Exactamente tres años después, los roles se habían invertido por completo. El cazador se había convertido en la presa.

La Lección: La Estrategia sin OKRs es solo un Deseo

La historia de Google vs. OpenAI no es solo una anécdota de Silicon Valley. Es una masterclass de gestión estratégica.

  1. El "Code Red" inicial de Google (Dic 2022) fue solo el diagnóstico. Sin un plan de ejecución claro, el pánico llevó al fracaso de Bard.

  2. Los OKRs proporcionaron el GPS. Unificar equipos (KR 1), construir un modelo superior (KR 2) e integrarlo en productos (KR 3) fueron los hitos que guiaron a 180,000 personas hacia un objetivo común.

  3. La ejecución consistente ganó la carrera. No fue un solo lanzamiento brillante. Fue una secuencia de movimientos: la fusión de DeepMind, el lanzamiento de Gemini, el rebranding, la integración en Search… cada uno construyendo sobre el anterior.

Google demostró que incluso un gigante "lento" puede pivotar y recuperar el liderazgo si tiene la disciplina de traducir su visión en objetivos claros, medibles y ejecutables.