14 mar 2020
8
min
Ariel Camus
Co-Fundador de Microverse
Microverse es una escuela de software en la que cada estudiante puede aprender y trabajar de forma colaborativa y remota con personas de más de 100 países, desde cualquier parte del mundo. Una escuela que intenta igualar las oportunidades, y que además de formar programadores, forma ciudadanos.
La startup empezó en 2017, con 10 estudiantes y un equipo remoto de 12 personas de Asia, África, Europa y América. Hoy tiene más de 400 estudiantes en 96 países, y la misión de entrenar y conectar con trabajos remotos a más de 1M de programadores para el 2030.
El creador del proyecto es Ariel, un programador argentino que armó su primer equipo remoto trabajando para Lonely Planet, y que hoy lidera una de las comunidades de aprendizaje más colaborativas y remotas del mundo.
Hace unos días hablamos con él sobre las ventajas y desafíos de liderar equipos remotos, y en este post te contamos lo que aprendimos.
Autonomía
Tomás: ¿Trabajo remoto es trabajar desde casa?
Ariel: Para muchas personas sí, pero el gran poder del trabajo remoto es que ya no estás limitado a contratar en tu ciudad, sino que puedes contratar personas en cualquier parte del mundo. Ese es EL motivo para que una empresa contrate a alguien remoto. Otra ventaja es que la comunicación cambia totalmente, y hay que ajustarla. Entonces: no es trabajar desde casa, es cambiar la forma en la que contratamos y nos comunicamos como empresa.
Tomás: ¿Qué otras ventajas tiene el trabajo remoto?
Ariel: La libertad, no solo para contratar, sino para poder armar mi vida cómo y desde dónde quiera. Y que no se me juzgue por las horas que paso en la oficina, sino por los resultados del trabajo que hago. Pero sobre todo, poder hacer mi trabajo de una forma que esté en armonía con las otras cosas que son importantes.
Tomás: ¿Cuáles son los mayores desafíos?
Ariel: Pienso que para los empleados, la soledad y el no poder desconectar del trabajo. Y para los managers, la comunicación. Pero todas estas cosas tienen soluciones.
Tomás: ¿Qué hábitos tuviste que cambiar?
Ariel: Aprender a desconectar del trabajo fue lo que me llevó más tiempo. Ahora, por ejemplo, con mi mujer tenemos un bloqueo en el calendar a las 14:30 para comer; y otro a las 18:00, que es la hora a la que vamos al gimnasio, o hacemos otras cosas.
Transparencia
Tomás: ¿Qué ‘tips’ le podes dar a una empresa que está pensando en contratar de forma remota?
Ariel: Lo primero es que no se puede trabajar en remoto sin equipos autónomos. Esto depende de si hablamos de un equipo de 4 personas o de 700, pero al final la autonomía es lo más importante. En remoto no tenemos a alguien al lado para hacerle una pregunta. A veces trabajamos en diferentes zonas horarias, y tenemos que esperar 8 horas para que la otra persona nos conteste. Por eso, si los equipos no son autónomos, el trabajo remoto no funciona. Ahora, para que haya autonomía tiene que haber confianza. Y para fomentar la confianza hay dos cosas que son importantes: la primera es agradecer los errores. O sea, un error es algo que se agradece, porque aprendes algo. Y la segunda es la transparencia: sin transparencia no hay confianza, y sin confianza no hay autonomía. Y para promover la transparencia, es importante ser obsesivos con la documentación. Hay que documentar todo: cómo contratamos gente, como hacemos el onboarding, etc. Hay herramientas muy buenas para hacerlo, como Notion, pero la herramienta da igual. Lo importante es que todos adopten el hábito de documentar las cosas.
Tomás: ¿Cómo se puede promover la transparencia?
Ariel: Un buen tip es: cada vez que alguien te haga una pregunta, no contestes con una respuesta escrita, responde con un link a un documento. Y si no tienes esa documentación, ocupa el tiempo que te tomarías en responder en hacer un documento público y transparente para el resto de la empresa, y envía el link. Esto además promueve la autonomía, porque haces que la gente busque la información antes de pedirla. Otra cosa importante en el trabajo remoto es que no tenemos que evaluar a un colaborador por el imput (la cantidad de horas que trabaja), ni por el output (la cantidad de trabajos o reuniones), sino por el outcome: da igual las horas que trabajen si el trabajo que hacen da resultados que son importantes para la empresa. Nosotros para eso utilizamos OKR. Por ejemplo: alguien puede decir: mi Key-result para este trimestre es que voy a tener 100 reuniones con partners que pueden contratar a nuestros estudiantes. Eso para nosotros es un output, el outcome es cuantos partners contrataron a nuestros estudiantes. Me da igual si tuvo 10 reuniones o 100, lo importante es si llegó al objetivo de conseguir que x empresas contraten a nuestros estudiantes.
"En remoto no tenemos a alguien al lado para hacerle una pregunta. A veces trabajamos en diferentes zonas horarias, y tenemos que esperar 8 horas a que la otra persona nos conteste. Por eso, si los equipos no son autónomos, el trabajo remoto no funciona".
Comunicación
Tomás: ¿Cómo es una semana de trabajo en Microverse?
Ariel: Soy un gran fan del deep-work, entonces intento bloquear mi calendar con focus-time para tener al menos toda la mañana o toda la tarde sin ningún tipo de interrupciones. Ahora, por ejemplo, estoy en España y gran parte de mi equipo está en América, por lo que tenemos muy pocas horas para hacer meetings (que son un mal necesario, porque hay cosas que se discuten mejor cara a cara); entonces lo que hago es dejar de 4 a 6 de la tarde para tener reuniones, y mis mañanas libres. Y todos hacemos lo mismo, de hecho utilizamos una nueva herramienta, que se llama Clockwise, que mira los calendars de todas las personas del equipo y empieza a mover los meetings para generar el mayor tiempo de deep focus work posible.
Tomás: ¿Acuerdan los horarios de trabajo?
Ariel: No, cada uno tiene la libertad de trabajar a la hora que le dé más libertad. Lo único que pedimos es que en las pocas horas de overlap entre Europa y América, todos intenten estar disponibles, porque si no sería imposible tener reuniones.
Tomás: ¿Cuántas reuniones de equipo tenés por semana?
Ariel: Estoy en unas 12 reuniones recurrentes con el equipo, más otras 7, 8 con personas que entrevistamos para contratar, etc. En total tengo unas 20 reuniones por semana. La mayor parte de mis tardes se va en reuniones, y las mañanas en deep work. Y después, por ejemplo, los viernes tenemos una llamada de media hora que se llama B-B-B (Beverage, Brag & Beg), en la que cada miembro del equipo comparte: un ‘beverage’, algo que esté tomando; un ‘brag’, algo que hizo bien esa semana; y un ‘beg’, un pedido de paciencia, ayuda, lo que sea. Y tenemos una cuarta ‘b’, que es un blunder, un error que hayas cometido esa semana, entonces compartes el error y qué aprendiste de eso. Es una llamada muy divertida, que hace que terminemos la semana con muy buen humor.
"En la oficina tomamos un café o una cerveza después del trabajo; pero en el trabajo remoto eso no pasa, hay que fomentarlo".
Tomás: ¿Qué tan importante es la comunicación en equipos remotos?
Ariel: Es importante. En la oficina esto se da de forma natural: tomamos un café o una cerveza después del trabajo; pero en el trabajo remoto eso no pasa, hay que fomentarlo. Un tip para hacerlo en equipos más grandes es usar la función de ‘break-up rooms’ de Zoom y dividir el equipo en grupos de 15 personas. Nosotros además tenemos un bot en Slack que todos los lunes conecta de forma aleatoria a dos personas de la empresa, y esas dos personas tienen que tener una llamada de 30 minutos para hablar de cualquier cosa que no sea trabajo: mascotas, viajes, hobbies, lo que sea. También tenemos un beneficio para todos los miembros del equipo que dos veces al año pueden gastar hasta 600 USD para viajar a cualquier parte del mundo, con la condición de que pasen al menos 1 semana trabajando con un compañero del equipo en ese lugar.
Tomás: ¿Qué herramientas usan para comunicarse?
Ariel: Usamos Slack, pero para hablar de cosas informales: las mascotas, que hicimos el fin de semana, etc. Y Twist para todo lo que es trabajo formal. Después, Zoom para las reuniones y Loom para dar feedback.
Tomás: ¿Por qué Loom?
Ariel: Cuando pensamos en comunicación asíncrona pensamos en emails, o mensajes en Slack. Pero el problema con esos mensajes es que se pierde el lenguaje corporal, la energía. Hay herramientas como Loom que con un click te permiten grabar un video y enviarlo a cualquier persona. Grabar un mensaje lleva el mismo tiempo que escribirlo, y cambia la forma en la que se da y se recibe el feedback, que es importante para construir confianza.
Tomás: ¿Usan alguna herramienta para trackear tiempo?
Ariel: No. Y ni se me pasaría por la cabeza evaluar la cantidad de tiempo que ponemos.
Qué aprendimos en este webinar:
Trabajar remoto no es trabajar desde casa, es cambiar la forma en la que contratamos y nos comunicamos como empresa.
Para trabajar de forma remota, necesitamos equipos autónomos.
OKR es clave para poder gestionar equipos remotos.
Sin transparencia no hay confianza, y sin confianza no hay autonomía.
No importa el número de horas que trabajamos, lo que importa son los resultados.
En la oficina la comunicación ‘se da’; en el trabajo remoto no, hay que promoverla.
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